Why Africa, Why Now?: África como clave del futuro global

Why Africa, Why Now?: África como clave del futuro global

En el marco del Africa-Spain Summit, organizado por One Africa Forums y celebrado el pasado 7 de julio en Madrid, se desarrolló una jornada estratégica dedicada a fortalecer la cooperación entre África y España bajo el lema de una misión sostenible y compartida. La primera keynote de la sesión estuvo a cargo de Abdou Diop, Managing Partner de Forvis Mazars, quien inauguró el evento con una intervención enmarcada en el tema “Why Africa, Why Now?”. Su ponencia puso el foco en tres ejes fundamentales para el desarrollo del continente: la adaptación climática, el empoderamiento de la juventud y el impulso de las energías renovables, destacando el papel crucial de África como actor clave en la configuración del futuro global.

Abdou Diop subrayó que África representa una oportunidad única y urgente para el mundo,  especialmente en un contexto global marcado por el cambio climático, la transición energética y  los desafíos demográficos. Con 30,4 millones de km², África es un continente inmenso, el único con crecimiento demográfico constante, donde la edad media es de 19 años y la urbanización avanza rápidamente, lo que genera crecientes necesidades de agua, energía, infraestructura y tecnología. 

Con un crecimiento económico medio del 5% anual, 7 de las 10 economías de más rápido  crecimiento del mundo están en África, con ejemplos destacados como Etiopía. El continente posee el 30% de los recursos minerales globales, además de abundantes reservas de petróleo, gas y un enorme potencial en energías renovables, como la hidroeléctrica, solar y eólica. 

África lidera la innovación digital: mientras antes 1 de cada 10 africanos tenía teléfono fijo, hoy  hay más smartphones en proporción que en otras regiones. África fue pionera en el Mobile Money, y el ecosistema de startups tecnológicas crece rápidamente, liderado por una juventud  emprendedora. 

En cuanto a infraestructura, destacó proyectos como la gran presa hidroeléctrica en la R.D. del  Congo, corredores logísticos este-oeste, y la finalización de grandes obras en Etiopía,  fundamentales para la electrificación sostenible del continente. 

Diop también puso en valor el capital humano africano como solución a retos globales, junto con  sectores clave como el turismo ecológico, la cultura y la agricultura: África posee el 60% de las  tierras cultivables del mundo, y tiene el potencial de alimentar a la población global. 

Reconoció, sin embargo, retos persistentes: déficits en infraestructuras, formación, gobernanza,  salud, seguridad y transformación de materias primas. Aun así, hay avances significativos en  digitalización del sector público, corredores logísticos, infraestructuras viales y ferroviarias, y  sobre todo en empleabilidad juvenil, fomentando la creación de empresas propias. 

En términos geoestratégicos, África se posiciona como una solución clave para la  descarbonización global gracias a su potencial solar y riqueza de recursos. Ejemplos de liderazgo  regional incluyen: 

  • Sudáfrica: motor industrial 
  • Nigeria: mayor economía africana y hub fintech 
  • Etiopía: referencia en aviación (Ethiopian Airlines) 
  • Kenia: centro financiero y tecnológico 
  • Egipto: infraestructura (Canal de Suez) 
  • Marruecos: transformación en renovables, automoción y ferroviario 
  • Ghana, Senegal y Costa de Marfil: potencias emergentes de África Occidental 

 

Finalmente, señaló que España tiene mucho que aportar a este proceso: experiencia en  agricultura, gestión del agua, infraestructuras, sanidad y turismo, pero aún no está  suficientemente presente en términos de inversión. Invitó a más inversores españoles a participar  en industrias locales, fortalecer la integración en las cadenas de valor y colaborar en sectores  estratégicos como el textil, la salud y la formación cultural, citando como ejemplo el papel del  Instituto Cervantes

Pau Solanilla Franco, Parter Harmon, subrayó que vivimos en un mundo “fast and furious”,  donde lo que hemos hecho hasta ahora ya no basta: necesitamos nuevas formas de actuar con  agilidad y resiliencia. En este contexto, la innovación implica asumir riesgos, pero también es la  vía hacia grandes oportunidades. África, con sus abundantes recursos naturales y su juventud,  representa ese “nuevo petróleo”: el talento joven. 

Destacó el liderazgo de España en sectores como el agroalimentario, así como en tecnologías  emergentes como la fintech, greentech y agrotech, con un ecosistema de startups, empresas  unicornio y hubs listos para tejer alianzas con emprendedores africanos. También mencionó el  papel transformador del deporte, citando los Juegos Olímpicos de Barcelona como ejemplo de  cómo los eventos deportivos pueden cambiar ciudades.

Solanilla propuso tres tipos de conexiones clave para fortalecer la relación con África: 

  1. Físicas: infraestructuras como aeropuertos, puertos y carreteras. 
  2. Digitales: conectividad económica, tecnológica y alimentaria. 
  3. Emocionales: cambiar la narrativa negativa sobre África, que actualmente provoca una  pérdida estimada de 3.800 millones de euros anuales por su impacto en la economía de la  reputación y la atención. 

Criticó la visión reduccionista que trata a los africanos únicamente como inmigrantes irregulares,  y llamó a mejorar las embajadas y facilitar visados para emprendedores, destacando que la  denegación de visados representa una pérdida de 60 millones de euros anuales. Propuso crear  una vía rápida para la movilidad emprendedora y económica, eliminando barreras burocráticas. 

Concluyó que la promoción económica no debe ser solo comunicación, sino una propuesta de  valor real. Para atraer inversión española a África es imprescindible rediseñar la percepción del  continente: “Estamos preparados para ser vuestros aliados y trabajar juntos.” 

Mankeur Ndiaye, exministro de Asuntos Exteriores de Senegal, destacó la profunda  cooperación entre España y África, basada en una diplomacia “blanda” que abarca desde los  vínculos legales y políticos hasta la seguridad, la cultura y los intercambios económicos. Subrayó  que en Senegal se aprende español desde la secundaria, como muestra del valor atribuido a esta  relación. Reivindicó el papel de España y Senegal —junto con Mauritania— como socios claves  tanto a nivel bilateral como en el marco europeo. 

Resaltó la importancia del intercambio de información en la lucha contra el terrorismo y abordó la  cuestión migratoria como uno de los ejes fundamentales, recordando la presencia significativa de  la comunidad senegalesa en España. Muchos de ellos —señaló— viajan legalmente por  temporadas de trabajo para luego regresar a su país, un modelo que debería extenderse con  visados legales de seis meses. Animó a los países europeos a adoptar este enfoque regulado y  humano de la migración. 

Ndiaye defendió la necesidad de reforzar el multilingüismo, los intercambios universitarios para  jóvenes africanos, y la promoción del patrimonio cultural, con iniciativas como Casa África. Llamó  a construir una cooperación más estrecha entre España, Europa y África, basada en una  diplomacia económica inclusiva, con un enfoque especial en la juventud africana como motor de  desarrollo. 

También denunció la asimetría en la participación internacional: mientras que África acude en  bloque a las cumbres con otros continentes (EE. UU., China, Corea…), cuando las cumbres se  celebran en África, los líderes internacionales brillan por su ausencia. Reclamó una presencia más  equitativa y comprometida de los socios globales en el continente africano. 

Finalmente, subrayó que España puede jugar un papel clave como puente entre África y América  Latina, dos regiones que aún tienen mucho potencial por explorar en sus relaciones. España, por  su cercanía cultural y geográfica, está en una posición estratégica para facilitar ese diálogo  pendiente. 

Suzi Carla Barbosa, exministra de Asuntos Exteriores de Guinea-Bissau, destacó que  España y Portugal son los países europeos que mejor representan a África ante la Unión Europea,  y subrayó que el verdadero valor de esta relación está en la diplomacia. En ese sentido, defendió  el papel de España como interlocutor clave con la UE, en una relación que debe construirse sobre  la base del beneficio mutuo. 

De cara al futuro, recordó que para 2050, África será el continente con la clase media y la  población joven más grande del mundo, con más de 2.500 millones de habitantes. Este  crecimiento demográfico representa una gran oportunidad, pero también un reto urgente: ¿Cómo  preparar a esta juventud? ¿Cómo garantizarles formación y empleo?

Barbosa insistió en que la creación de oportunidades laborales en África es esencial para evitar la  migración forzada y asegurar un desarrollo sostenible desde dentro del continente. 

Dr. Elmi Mohamud Nor Ali, ministro de Obras Públicas, Reconstrucción y Vivienda de Somalia, reflexionó sobre la necesidad de “vivir juntos” desde una perspectiva física, virtual y  emocional, subrayando que lo que aún le falta a África es infraestructura. Aunque el continente  puede observar el mundo, todavía no puede mostrar plenamente su propio potencial, de norte a  sur. 

Destacó que África está llena de oportunidades y recursos listos para desarrollarse al servicio del  bienestar humano, y que el continente está preparado para recibir inversión tanto en el ámbito  laboral como en la explotación sostenible de sus recursos naturales. 

El ministro afirmó que África puede convertirse en el proveedor de alimentos del mundo, y que  existe un gran potencial humano por formar y aprovechar. En el caso específico de Somalia, pese  a haber sufrido una prolongada guerra civil, ha logrado avances significativos, especialmente en  el ámbito de las telecomunicaciones y el pago móvil, convirtiéndose en un ejemplo de resiliencia  y desarrollo regional. 

Concluyó subrayando que el progreso de África no solo beneficiará al continente, sino que será  un beneficio para toda la humanidad.

AFRX