La juventud africana como motor de cooperación entre África y España fue el eje central de la segunda sesión del One Africa Forum – Africa Spain Summit, celebrada el 7 de julio en Madrid. Bajo el título “Grow Youth as the Heart of the Spain-Africa Cooperation”, el encuentro abordó los principales retos y oportunidades que afectan a las nuevas generaciones del continente: desde la educación y la financiación, hasta el liderazgo juvenil, la inclusión económica, la movilidad y el rol de género.
La sesión fue moderada por Grace Obado, profesora de Relaciones Internacionales y Desarrollo Sostenible en IE University, de origen keniano pero afincada en España desde hace años, quien subrayó la necesidad urgente de pasar de las palabras a la acción: “Nos tenemos que poner las pilas”, afirmó, aludiendo al compromiso colectivo que requieren estos desafíos compartidos.

El Dr. Manuel Muñiz, provost y profesor de IE University, puso el foco en el papel clave de la educación para preparar a la juventud africana ante los desafíos del siglo XXI. Señaló el contraste entre el envejecimiento de la población global y el crecimiento de una población joven en África, lo que sitúa al continente como una pieza estratégica en el futuro del sistema internacional. Mientras las economías del norte global enfrentan tensiones y estancamiento, el sur global —y en especial África— emerge como un espacio de oportunidad y dinamismo.
En ese contexto, Muñiz subrayó que es urgente invertir en emprendimiento a través de la educación, la formación en ciencia, tecnología e informática, y el compromiso de los gobiernos para generar un ecosistema propicio. Frente a una educación centrada en la memorización, como apuntó la moderadora Grace Obado, el académico fue claro:
“La tecnología y la inteligencia artificial están eliminando el valor de memorizar información. Ahora lo que necesitamos son personas con pensamiento crítico, soft skills, visión global e interdisciplinar.”
Reivindicó el rol de las universidades como grandes agentes de transformación, no solo por su capacidad para formar talento, sino también por su potencial para crear empleo y liderar cambios estructurales. La clave, dijo, es una educación orientada a la capacidad de anticipación para resolver problemas futuros, que prepare a las nuevas generaciones africanas para resolver no solo sus propios retos, sino también los globales.
En África Central, una región con una población marcadamente joven, el papel de la juventud como agente de cambio sigue siendo profundamente subestimado por las instituciones políticas tradicionales. Hermine Bolumbe, presidenta del Parlamento de Jóvenes de África Central, señala: “Lo que he notado es que los jóvenes de África Central y de la República Democrática del Congo usan los medios que tienen, aunque no cuenten con todas las herramientas necesarias para generar el cambio.” En ausencia de espacios formales de participación, muchos de estos jóvenes han convertido las redes sociales —especialmente plataformas como Facebook o X— en poderosos instrumentos de movilización y denuncia, desde la corrupción local hasta injusticias estructurales, obligando muchas veces a las autoridades a reaccionar públicamente.
En paralelo, surge un fenómeno significativo: el emprendimiento como respuesta política. Muchos jóvenes, desconfiados del sistema y marginados por las estructuras tradicionales, han optado por crear sus propias soluciones a través de startups y colectivos ciudadanos. Esta lógica de acción no solo refleja una nueva manera de pensar la política, sino también una forma concreta de ocupar el espacio público. “Son ellos los actores reales del cambio local, con ideas claras y compromisos tangibles, pero sus esfuerzos siguen siendo invisibles para las instituciones”, advierte Bolumbe. Por eso, insiste en la urgencia de establecer estructuras de diálogo oficiales e inclusivas, donde la juventud pueda participar activamente en la toma de decisiones.

A este llamado se suma la voz de Grace, quien plantea una pregunta contundente: “Si la población africana es tan joven, ¿por qué no vemos a jóvenes en puestos de liderazgo o en la política?” La respuesta, dice, está en un sistema que excluye sistemáticamente a los menores de 30 años de los partidos políticos y de los espacios de poder. “África es joven, pero ¿quién toma las decisiones?”, cuestiona. Para ella, los jóvenes deben estar integrados, organizados y asociados. De lo contrario —advierte— seguirán desconectados del cambio político y social que tanto reclaman. Y mientras las instituciones insisten en perpetuar prácticas que marginan a esta mayoría demográfica, la juventud no espera: forma clubes de debate, lidera iniciativas comunitarias y se prepara para abrir las puertas del cambio “con o sin invitación”.
Mohamed Hicham, de la Agencia Marroquí para la Cooperación Internacional, destacó el papel fundamental de los jóvenes y las mujeres como motores del cambio social. Subrayó la importancia de brindar apoyo concreto a su liderazgo mediante programas de formación y acceso a financiación, lo que permite que estas comunidades no solo participen, sino que impulsen economías locales más sólidas y empoderadas.

Margarita Guerrero Calderón, directora general del Instituto de la Juventud, destacó la importancia de los programas Erasmus Mundo y Erasmus+ como herramientas clave para el empoderamiento juvenil.
Advirtió también sobre los riesgos de ciertos enfoques excluyentes: “Si criminalizamos o estigmatizamos, estaremos creando una brecha mayor”, y señaló la necesidad de “juntar todas sus voces que reivindican cambios” como un paso fundamental hacia una sociedad más inclusiva.
Guerrero Calderón hizo además un llamado a “cambiar el foco y generar dinámicas”, enfatizando que “la forma de construir comunidades es fundamental para la salud mental”. En este sentido, propuso profundizar en la cooperación con la Organización Iberoamericana de Juventud como parte de una estrategia integral para fortalecer los lazos internacionales y el bienestar de la juventud.

Laura Muniozguren, consejera de cooperación regional de AECID, subrayó que “la integración laboral de los jóvenes en Senegal, Gambia y Mauritania, y sobre todo de las mujeres, es una prioridad crucial”. Señaló que esta integración es la base para el desarrollo rural, el acceso a energías renovables, el aumento del empleo y, especialmente, para “el desarrollo inclusivo y los derechos económicos en igualdad”.
Destacó además el trabajo que realiza AECID en este ámbito, señalando que “la capacitación de las mujeres emprendedoras con incubadoras económicas es a lo que AECID se dedica”, como parte de su compromiso con la promoción de un crecimiento equitativo y sostenible en la región.

Gwendoline Abunaw, presidenta de APECCAM (Asociación de Entidades de Crédito de Camerún), subrayó que el acceso al crédito es fundamental para el desarrollo de jóvenes y mujeres en África. No obstante, explicó que las economías del continente siguen siendo débiles y que gran parte del financiamiento proviene de pequeños ahorradores, lo que limita el tamaño y la duración de los créditos, generalmente disponibles solo a corto plazo, entre tres y cinco años.
Señaló además que las instituciones financieras deben gestionar con cautela el riesgo y garantizar el retorno de inversión, recordando que “no somos ONGs”. En este contexto, los jóvenes y mujeres a menudo quedan fuera de los perfiles tradicionales con historial crediticio sólido, lo que dificulta su acceso al sistema financiero.
Abunaw destacó que sectores como la moda, el arte y las industrias creativas requieren un tipo de apoyo económico distinto al del sector agrícola. Por ello, consideró esencial el impulso de “hubs o labs con espacios de trabajo y equipos para mujeres creativas”, y añadió que algunos bancos ya están destinando laboratorios de innovación e infraestructuras específicas para responder a estas nuevas demandas.

Luis Padrón, presidente de la Cámara de Comercio de Gran Canaria y de AFRICO, destacó la importancia de crear instrumentos que permitan institucionalizar las relaciones comerciales entre África y Europa. En este sentido, subrayó el papel de AFRICO como plataforma que reúne a representantes de las cámaras de comercio africanas y facilita el establecimiento de vínculos económicos con África Occidental de manera directa y permanente.
Señaló también el rol estratégico de las Islas Canarias, y en particular de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, como un territorio con clara vocación africana y con la mayor conectividad aérea con África Occidental. Recordó que en esta ciudad se encuentra la sede de Casa África, así como una oficina del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, lo que refuerza su posición como punto de enlace clave entre ambos continentes.
En cuanto a los sectores de actividad, Padrón destacó el trabajo que ya se viene desarrollando en turismo, con empresas españolas presentes en destinos como Cabo Verde y el norte de África, así como en energías renovables —especialmente en proyectos de depuración de agua— y en el sector inmobiliario.