Con la promesa de acabar con el racismo en solo una hora, el actor, director y guionista Miquel Ripeu presenta Black Side Story, una comedia musical provocadora y necesaria que denuncia, desde el humor y la crítica social, las múltiples caras del racismo cotidiano.
Acompañado por Elías Torrecillas y Xavi Quero, el espectáculo es una sátira afilada sobre los microracismos, los estereotipos y la violencia estructural que enfrentan las personas racializadas en nuestra sociedad.
Dividida en trece escenas cargadas de humor absurdo, canciones, baile y una intensa interacción con el público, Black Side Story utiliza el formato musical para retratar situaciones tan absurdas como reales.

La obra comienza con una escena ambientada en una ficticia Barcelona de 1952, donde se plantea con ironía que “cogemos gente fuerte, dura, animales, para llevarlos a los campos a buscar trigo, oro, minas”, una alusión a la esclavitud moderna. Desde ahí, se construyen momentos incómodamente cómicos como el uso del término “gorila” para referirse a un hombre negro, o un monólogo que expone cómo un joven racializado crece siendo reducido a una caricatura por conocidos y desconocidos: “das ese punto de color que necesita el equipo” o “baila, que tú lo llevas en la sangre”.
Uno de los momentos más potentes de la obra representa una detención policial sin justificación, en la que un personaje blanco —simulando ser un joven de ideales fascistas— observa con entusiasmo cómo se persigue y violenta a un chico negro. Otro bloque, llamado Magia Blanca, refleja la violencia simbólica en las relaciones con personas blancas: desde negar tu identidad (“Mohamed no, ahora eres Miguel”) hasta asumir que vienes “a robar las ayudas” o que “tienes una rojez en la cara, pero claro, no se te nota”.

El guión de la obra de teatro también ahonda en las contradicciones de la amistad y el racismo estructural, donde incluso un amigo duda de los abusos sufridos: “¿No estarás exagerando un poco?”. Con esta escena, la obra invita a reflexionar sobre cómo la negación del racismo por parte de quienes no lo viven también forma parte del problema.
Black Side Story es un ejercicio teatral afilado, crítico y valiente que convierte al público en parte del conflicto, interpelándolo directamente y dejándole claro que el racismo no es solo cosa del pasado, ni de otros lugares. Es aquí y ahora. Y la risa, en este caso, no es evasión, sino herramienta de denuncia y toma de conciencia.