Seguramente conocerás las páginas de ecommerce fast fashion como Bohoo y Pretty Little Thing, sea por sus sonadas colaboraciones con celebridades, así como por sus bajos precios. La historia de estos gigantes del fast fashion empieza con Abdullah Kamani, nacido en Kenia, quien emigró al Reino Unido en 1968 junto con su familia, buscando nuevas oportunidades en Manchester.
Su hijo, Mahmud Abdullah Kamani, nacido también en Kenia, heredó el espíritu emprendedor y fundó en 2006 Boohoo, una tienda online enfocada en moda asequible para el público joven. La propuesta de valor la posicionó como marca líder del mercado fast-fashion y como símbolo del e-commerce porque logró democratizar las tendencias de pasarela y llevarlas al consumidor digital, de forma rápida y a bajo costo.
La segunda generación Kamani, los hermanos Umar y Adam Kamani, hijos de Mahmud, fundaron en 2012 en Manchester Pretty Little Thing (PLT), inicialmente como una marca de accesorios. Sin embargo, la respuesta del público fue tan positiva que pronto evolucionó hacia una línea completa de moda femenina. Inspirados por el enfoque ágil de Boohoo, pero con una estética aún más atrevida y centrada en la cultura pop.
En 2017, Boohoo adquirió la mayoría de acciones de Pretty Little Thing, consolidando aún más el imperio familiar. Umar continuó liderando la expansión global de la marca, mientras Adam decidió enfocar su talento empresarial en Kamani Property Group, con el objetivo de diversificar el legado familiar hacia el sector inmobiliario.
Claves del Éxito de Pretty Little Thing
Una de las razones del ascenso de Pretty Little Thing han sido sus alianzas con personalidades influyentes del entretenimiento, la moda y la música. Una forma de influencer marketing que en aquel entonces era pionera, logró atraer muchos más clientes a través de colaboraciones adaptadas a las conversaciones sociales y estéticas del momento.
En 2023, Pretty Little Thing dio un gran paso tras colaborar con la supermodelo Naomi Campbell. Calificada como una “colaboración innovadora” porque Campbell trabajó junto a dos jóvenes diseñadores emergentes. Por un lado, Victor Anate, un creador nigeriano de tan solo 20 años, y por otro, Edvin Thompson, nacido en Jamaica y fundador de la marca Theophilio, ganadora del premio CFDA al diseñador emergente del año en 2021. Esta colaboración representó una apuesta por la diversidad, el talento joven y la conexión entre generaciones dentro del mundo de la moda.
En 2018, Pretty Little Thing demostró su compromiso con la inclusión de tallas plus-size con una campaña que mostraba a dos mujeres de tallas distintas vistiendo exactamente las mismas prendas.
La marca también ha colaborado con una larga lista de celebridades que han ayudado a construir su identidad visual y expandir su alcance internacional. Hailey Bieber con una colección cápsula de ropa festiva. Molly-Mae Hague, una de las figuras más queridas de Love Island UK, se convirtió en una de las colaboradoras más importantes de PLT, llegando incluso a ocupar el puesto de embajadora creativa.
En 2022, la colección “Sustainability Edit” de Kourtney Kardashian Barker despertó amplio debate por la paradoja de una iniciativa sostenible dentro de una marca de fast fashion. Sin embargo, la campaña generó conversación y elevó el perfil ético de la empresa, aunque fuera de forma controvertida.
Otras colaboraciones destacadas incluyen a la artista Teyana Taylor, que aportó una visión deportiva basada en la estética streetwear, y a Doja Cat, quien protagonizó campañas muy ligadas a la moda festivalera y provocativa. Jordyn Woods, conocida por su enfoque en la moda inclusiva y sensual, participó en varias colecciones que celebraban los cuerpos curvilíneos, mientras que Saweetie imprimió su estilo que combinaban glamour y actitud.
Campañas de Éxito de BoohooMAN
Por su parte, BoohooMAN, la línea masculina del grupo, también ha apostado fuertemente por las colaboraciones con artistas y deportistas que conectan con la audiencia joven a nivel global. Entre sus campañas más notorias se encuentran las realizadas junto a Quavo, del grupo Migos, así como con Tyga, DaBaby y Burna Boy, figuras clave del hip hop y los afrobeats. French Montana, Swae Lee y Landon Barker también prestaron su imagen y estilo a la marca, mientras que el futbolista inglés Dele Alli aportó una dimensión deportiva y urbana a las propuestas de BoohooMAN.
Estas alianzas no solo han servido para impulsar las ventas o aumentar la visibilidad en redes sociales, sino que han convertido a las marcas del grupo Kamani en un vehículo de identidad y autoexpresión a través de la moda.
Del Fast-Fashion a la Decoración de Interiores
La familia Kamani, de origen keniota e indio, representa el poder transformador de la migración cuando se une a la resiliencia y visión empresarial. En solo tres generaciones, pasaron de ser inmigrantes recién llegados a Manchester a fundar un conglomerado de moda global valorado en más de 2 mil millones de euros.
Estas empresas son un caso de estudio sobre cómo construir negocios intergeneracionales, en el que las nuevas generaciones familiares saben adaptarse a la innovación y tendencias actuales para conducir el negocio hacia nuevas industrias. De hecho, en 2024 Umar y Adam Kamani anunciaron una nueva marca que da un giro hacia el sector del diseño de interiores. Con sede en el Reino Unido y Dubái, Kamani Rossar es una alianza estratégica entre los hermanos Kamani y el reconocido diseñador de interiores Rob Rosser, con quien comparten la propiedad de esta nueva empresa. Su objetivo es: ofrecer servicios de diseño de interiores de alta gama a clientes globales del sector lujo, abarcando desde espacios residenciales hasta propiedades comerciales e industriales.
Además de atender a una cartera internacional de clientes externos, Kamani Rossar también trabaja con los activos de Kamani Property Group, la empresa inmobiliaria dirigida por Adam. Esta colaboración permite aplicar el diseño en proyectos situados en ciudades como Mánchester, Londres, Bombay, Dubái y Nueva York.
La firma ya ha iniciado sus primeros proyectos, que incluyen el diseño del lobby de un hotel, un patio hotelero, un espacio de entretenimiento en una residencia privada y la intervención de interiores en un yate de lujo. Estos primeros encargos ya logran posicionar a la marca como una referencia en el diseño de interiores internacional.
Fast Fashion vs Sostenibilidad
Uno de los grandes desafíos reputacionales que enfrentan Boohoo y Pretty Little Thing es su impacto negativo en el medio ambiente, tanto por promover el consumo excesivo y la compra compulsiva de ropa, como por los métodos de fabricación poco sostenibles. Como competencia directa de Shein en el negocio del fast fashion online, Pretty Little Thing obtuvo una puntuación de 37 sobre 100 en desempeño ético en su categoría, según The Good Shopping Guide.
A pesar de contar con un reporte de sostenibilidad, haber implementado algunas mejoras en el uso de algodón y mostrar un buen posicionamiento en cuanto a la reducción de combustibles fósiles, la marca presenta importantes aspectos negativos en materia de derechos humanos, bienestar animal y acreditación ética. Pretty Little Thing recibió bajas calificaciones en las categorías de medio ambiente, trato a los animales y derechos de las personas, en parte debido a que, como empresa de fast fashion, incurre en diversas prácticas éticamente cuestionables.